martes, 1 de febrero de 2011

Prólogo

Un destino y una sombra - Volumen I "Sin pasado"

Primera parte

–Prólogo–


Una sombra recortada a la luz de los relámpagos combatía contra las fuertes ráfagas de viento bajo la lluvia más intensa jamás recordada. La figura alada surcó la oscuridad esquivando con dificultad allí donde las nubes chocaban pero poco después la suerte pareció abandonar su lado. Tras una cegadora luz repentina antecesora a un fuerte tronar, la confusa sombra tambaleó y comenzó a descender precipitadamente arrojándose contra una arboleda tañida de la oscuridad nocturna.
            La figura permaneció inerte sobre el suelo, envuelta en barro y sombras. Un nuevo relámpago arrojó luz sobre la masa amorfa, pero aquel ínfimo instante sólo reveló el brillo del acero rodeado de alas que algún día fueron blancas, pero no de un solo par.
            –¡La tormenta es muy fuerte, no podremos alejarnos más! –gritó para hacerse oír una de las mujeres aladas. Su cuerpo estaba cubierto de acero mellado, barro y sangre, pero esta última no era suya. Su brazo izquierdo sostenía la cabeza de Phertika, quien tenía una herida abierta en la frente que aún no dejaba de sangrar.
            –¡No importa, es suficiente aquí! –clamó el caballero herido en la cabeza.
            –¿Estáis seguro? –agregó la otra mujer–. Podemos intentar llevaros hasta las montañas, podréis usar las cuevas como refugio –a diferencia de su compañera, ella no llevaba casco, el cabello largo lucia aplastado sobre su rostro.
            –¡Es muy arriesgado! –insistió la primer mujer.
            –Ya está, lo haré aquí y ahora, no podemos perder más tiempo –sentenció Phertika al tiempo que se levantaba con dificultad. Meyria, la mujer sin casco, lo tomó por el brazo izquierdo para ayudarlo a ponerse en pie.
            –¿Realmente hace falta? La guerra terminó, él está muerto –dijo Meyria cerca de su oído, casi como deseando que Sermie no la oyese. 
            Phertika volvió la mirada hacia ella y dudó si las gotas que recorrían sus mejillas eran sólo de la lluvia.
            Un nuevo tronar iluminó el cielo.
            –¡Es la única forma Meyria, tenemos que asegurarnos que no volverá a pasar!
            Al término de tales palabras Phertika buscó entre sus ropas y sacó una roca. Una roca que sobrepasaba el tamaño de su puño y que pese a ser plena noche y prohibida incluso de la luz de la luna, emanaba un profundo y concentrado brillo rojizo de su centro lo suficientemente fuerte como para distinguir sus rostros entre las sombras de la noche. Tras un instante de obligada contemplación la depositó sobre otra roca cercana y desenfundó su arma. Como todo lo que los rodeaba, la hoja era oscura, pero aunque hubiese sido un plácido día de verano, la hoja hubiese seguido siendo oscura, negra.
            Retrocedió unos pasos y alzó la espada por su cabeza sosteniéndola con ambas manos, las mujeres lo imitaron y se alejaron prudentemente de la piedra brillante.
            –¡Esperad, no sabéis que pasará cuando lo hagáis! –se apresuró a gritar Meyria.
            –¡Sé porque lo hago, es razón suficiente para soportar cualquier consecuencia! –hizo una breve pausa–. Por lo que más queráis en esta vida, guardad el secreto.
            Ninguna de las dos mujeres volvió a cuestionarlo, sólo asintieron, pese a ello Phertika se mantuvo estático, observando la gema. La hoja centelló tiesa en sus manos tras un nuevo relámpago. Volvió a abrir sus labios pero las palabras que salieron de ellos fueron enmudecidas por un amedrentador choque de nubes.
            Al caer la hoja sobre la piedra la noche se volvió día por un segundo, al volver la oscuridad sobre ellos, los tres sujetos se encontraban en el suelo, sobre el barro. Ambas mujeres se reincorporaron con dificultad, Phertika no. Meyra no hizo más que correr hasta su cuerpo sin vida para abrazarlo y llorar sobre su pecho.
La lluvia seguía cayendo en una profunda oscuridad, sólo herida por dos tenues brillos sobre la tierra.

5 comentarios:

  1. Wow que comienzo, me ha gustado mucho la forma en que vas ambientando tu historia, supongo que este debe ser un hecho medular, sino no lo colocarías como prólogo ¿no? oh ¿qué será esa gema? y ¿por qué ha muerto Phertika? espero poder encontrar pronto las respuestas.

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  2. Nuevamente gracias por comentar Athena. Como dato extra, este es el prólogo de la novela completa, no solo para el primer volumen. No te puedo decir mas jeje.

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  3. es excelente y aunque no he podido leer mucho (examenes trabajos, etc ) es excelente ademas soy un amante de historias de este tipo, por cierto mi nombre es tambien christian

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  4. Muchas gracias! Espero que puedas hacerte el tiempo y seguir leyendo la historia.

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  5. excelente prologo!! me dejo super intrigada! me encanta las palabras que utilizas y la forma en que la redactastes!

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